Qué es el TDAH

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¿Qué es el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad?

El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH) se inicia en la infancia y se caracteriza por dificultades para mantener la atención, por hiperactividad o exceso de movimiento e impulsividad o dificultades en el control de los impulsos.

De acuerdo con esta clasificación, se establecen 3 subtipos

del TDAH, según la presentación del síntoma predominante:


  • Tipo con predominio del déficit de atención.
  • Tipo con predominio de la impulsividad-hiperactividad.
  • Tipo combinado, donde predominan tanto síntomas de desatención como de impulsividad-hiperactividad.
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La característica esencial del TDAH es un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad, más frecuente y grave que

el observado habitualmente en sujetos de un nivel de desarrollo similar.


Según el DSM-IV, para diagnosticar el TDAH en cualquiera de sus categorías es importante observar si los síntomas se presentan en dos

o más ambientes (por ejemplo, en casa y en la escuela). La mayoría se presentan en niños menores de 7 años.

Debe haber pruebas claras de deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académica o laboral para considerar que

una persona tiene TDAH.


Algunos autores destacan las dificultades de autocontrol como eje central del trastorno. En este sentido, se describe el TDAH como

un "déficit para inhibir la conducta prepotente" (Barkley 1995).


Principalmente, hay que distinguir el TDAH de comportamientos propios de la edad en niños activos, retraso mental, situaciones

y ambiente académico poco estimulante y sujetos con comportamiento negativista-desafiante.

Principales características del TDAH


Las dificultades de atención pueden manifestarse en situaciones sociales, académicas o laborales. Deben presentarse en una intensidad desadaptativa durante

un mínimo de 6 meses y en discordancia con el nivel

de desarrollo del niño.


Estas dificultades, se traducen en:

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-         Dificultad para establecer un orden en sus tareas o pequeñas responsabilidades en casa.

-         Le cuesta "ponerse en marcha" (para vestirse, hacer los deberes, etc.), ya que se distrae fácilmente con estímulos irrelevantes.

-         Presenta problemas para mantener la atención hasta finalizar sus tareas y tiende a dejar una actividad por otra al poco rato de haberla empezado, dejando varias inacabadas.

-         Pierde u olvida cosas necesarias (agenda, abrigo, bufanda, cartera, juguetes, etc.).

-         Parece no escuchar cuando se le habla, tiene dificultades para seguir la conversación adecuadamente, así como para seguir las normas de un juego o actividad propuesta, o para obedecer ya que no está atento cuando se da la orden.

-         A menudo olvida sus obligaciones cotidianas (cepillarse los dientes, recoger la ropa, etc.).

-         Puede tener problemas para seleccionar lo que es más importante, comete errores por descuido en las tareas escolares u otras actividades, al no prestar suficiente atención a los detalles.

-         Dificultades para prestar atención a dos estímulos alternativos o simultáneos (por ejemplo, escuchar al profesor y tomar notas al mismo tiempo, etc.)

Con frecuencia evita o se resiste ante tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido y/o un grado de organización elevado.


En sus estudios, el autor Barkley enfatiza los problemas que tienen para demorar la gratificación y para resistir la distracción entre los principales determinantes de las dificultades de atención.


Según sus investigaciones, los niños con TDAH se aburren más rápidamente con su trabajo y sienten una mayor atracción por los aspectos más gratificantes o divertidos de cualquier situación. Por lo tanto se distraen con gran facilidad interrumpiendo su tarea para dedicarse a lo gratificante sin finalizar lo importante.

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Factores asociados al TDAH


Cabe diferenciar las dificultades más frecuentes que se asocian a los síntomas principales del trastorno, de la presencia de otro trastorno o cuadro sindrómico que coexiste con el TDAH (comorbilidad). Más del 50% sufrirán al menos 1 trastorno cormorbe (AACAP 1997).



Factores más comunes asociados a las características del TDAH:

-         Problemas de tipo emocional (habilidad emocional o llanto fácil, baja autoestima, inseguridad, etc.).

-         Problemas de rendimiento escolar (poca motivación, rendimiento variable, fracaso escolar, etc.).

-         Problemas de adaptación en el colegio u otras actividades (baja tolerancia a la frustración, dificultades para seguir las normas, etc.).

-         Problemas en las relaciones con los compañeros (comportamiento agresivo, rechazo por parte de los compañeros, etc.).

-         Dificultades en las relaciones familiares (poca obediencia, dificultades para adquirir hábitos, irritabilidad, etc.)

-         Mayor propensión a sufrir accidentes, debido fundamentalmente a la impulsividad y la falta de atención. 


Trastornos comórbidos (que pueden co-existir con el TDAH), los que se diagnostican con más frecuencia son:

-         Trastorno negativista-desafiante: patrón de comportamiento hostil y desafiante, tal como discusiones o desobediencia y oposición a las figuras de autoridad, más grave y frecuente que el esperado por edad y sexo.

-         Trastorno disocial: Es un patrón de comportamiento en el que se violan reiteradamente los derechos básicos de los demás y se transgreden importantes normas sociales, tales como agredir a personas o animales, destruir deliberadamente propiedades o robar.

-         Trastornos del estado de ánimo: además del TDAH un trastorno depresivo en algún momento de su vida.

-         Trastornos de ansiedad: además del TDAH presentan algún trastorno de ansiedad de manera conjunta

-         Trastornos del aprendizaje: además del TDAH reunirán los criterios de gravedad clínica para ser diagnosticados de un trastorno de lectura, de la expresión escrita o del cálculo.

-         Trastorno de tics o síndrome de la Tourette: además del TDAH, caracterizado por la emisión repetida de tics motores y/o verbales múltiples

-         Abuso de sustancias: Son el grupo de TDAH más trastorno de conducta añadido los que tienen mayor riesgo de sufrirlo.

Trastornos de la comunicación: En menor medida, algunos niños con TDAH presentan alteraciones significativas del desarrollo del lenguaje expresivo, o receptivo-expresivo (verbal y gestual).

El TDAH no desaparece con la mayoría de edad

Sugerencias para padres

y para profesores

Consejos para padres de niños con TDAH:

Empiece por obtener un diagnóstico por parte de profesionales especializados que descarte otras posibles causas que puedan provocar los mismos síntomas que el TDAH.

Solicite un tratamiento multimodal donde se valorará la necesidad de aplicar el tratamiento psicológico, escolar o educativo y farmacológico.

El trastorno tiene carácter crónico, el tratamiento persigue conseguir una buena adaptación social, académica y familiar, el curso del TDAH es variable por lo tanto se encontrará con épocas buenas y con otras muy malas ¡Nunca abandone el tratamiento!


No pretenda solucionar todos los problemas diarios a la vez, marque un solo objetivo a conseguir (por ejemplo, que el niño se vista solo por la mañana).


Marque objetivos de conducta realistas: Evite comparar lo que el niño es capaz de hacer con las posibilidades de otros niños. Aumente el grado de dificultad progresivamente.


No centre las conversaciones con el niño/adolescente en torno a su comportamiento o sus resultados académicos. El niño/adolescente necesita saber que usted se interesa por lo que hace y siente.


Asegúrese de que le escucha cuando le habla, mirándole a los ojos, con mucha proximidad física (a medio metro de distancia).

Siempre mostrará mayor interés en hacer lo que se le pide si obtiene reconocimiento o algún privilegio a cambio de su esfuerzo.

Si utiliza el castigo más a menudo que el premio corre el riesgo de que éste pierda su eficacia y deba recurrir a castigos cada vez peores.

Evite prestar atención a conductas negativas y fíjese más en conductas positivas. Mejorará la relación familiar y evitará un exceso de castigo.


Evite conflictos programando actividades adecuadas a sus posibilidades de control, por ejemplo, con un niño con TDAH pequeño (hasta 12 años) no es apropiado planificar una comida de 2 horas en un restaurante o una tarde (4 horas) en un hipermercado. Mejor realizar actividades ligeras más motivantes.


Debe favorecer que el ambiente que rodea al niño sea ordenado y organizado en cuanto a los horarios o rutina diaria.

El niño con TDAH requiere mayor supervisión de las tareas escolares, pero cuando ésta representa un conflicto entre padres y niño, es aconsejable delegarla a un profesional.


Mantenga entrevistas frecuentes con el tutor para valorar la evolución del niño y buscar soluciones a los problemas que puedan presentarse.



Asistir a reuniones de padres o a cursos para padres, puede ser de gran ayuda, ya que se encuentra soporte, comprensión y posibles soluciones.

El retraso en el diagnostico y tratamiento del TDAH

conlleva problemas de aprendizaje y de conducta

Para profesores:

La información es el primer paso para la comprensión y la formación.


El profesor puede detectar niños con dificultades en atención y autocontrol que requieran ser evaluados, el diagnóstico en cambio lo establecen los profesionales de la salud, anime a los padres a conseguir esta evaluación.


Previo permiso de los padres póngase en contacto con el profesional que ellos han escogido, colabore, dele información sobre el comportamiento del niño en el aula.



El profesor describe el comportamiento y el rendimiento académico y el profesional médico es quién decide si aplicar o no psicofármacos.

Procure un ambiente tranquilo, ordenado y sin demasiados cambios. La estabilidad les ayuda.

Evite etiquetas (“vago”, etc.) ya que pueden ocasionar que el alumno acabe asumiendo este rol.

Cuente con el niño con TDAH para realizar trabajos que supongan actividad motora: enviar encargos a otros profesores, repartir papeles entre los compañeros, borrar la pizarra, etc.

Si se generan problemas de rechazo con los compañeros o amigos dedíquele una pequeña charla, tranquilamente, explicándole qué sentimientos pueden tener los otros frente a su comportamiento y hablen conjuntamente de las posibles soluciones. La calidad de las relaciones con los compañeros es de gran importancia para la autoestima del niño.

Los niños con TDAH tienen muchos aspectos positivos: pensamiento rápido, intuición, sinceridad, creatividad, gran expresividad afectiva, que deben ser potenciados y valorados.

No ridiculice al alumno frente a sus compañeros.

La supervisión es una buena herramienta para ayudar al niño con TDAH a seguir el ritmo del aula.

Diagnóstico y tratamiento del TDAH


Fase de diagnóstico:


La detección precoz, así como un diagnóstico e intervención adecuados, serán fundamentales para la prevención o manejo de los problemas asociados al trastorno, determinando en gran medida la evolución del mismo.


Una evaluación completa del niño aportará información fundamental para establecer el diagnóstico y para establecer el plan terapéutico.


No existe una edad “ideal” para acudir al profesional, ya que dependerá de las características de cada caso.

No obstante, en general las manifestaciones del TDAH se empiezan a observar claramente con el inicio de la escuela primaria, cuando aumenta el nivel de exigencia referente a la atención y autocontrol en clase, el horario es más estructurado y disminuye el grado de supervisión individualizada en detrimento de la exigencia de un mayor grado de autonomía.

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Fundamentalmente, el diagnóstico se basa en una evaluación a nivel médico, psicológico y pedagógico orientada respectivamente a determinar las condiciones físicas del niño, su estado emocional, sus capacidades y su nivel de aprendizaje. Con todo esto se podrá descartar que las dificultades de comportamiento o/y rendimiento escolar se deban a otras causas distintas del TDAH.

Hay personas con dificultades en la capacidad de atención y de autocontrol que no implicarán deterioro en su vida académica, social o familiar y por tanto no podrán ser diagnosticados como TDAH.


Fase de tratamiento:

El tratamiento se considera que debe ser multimodal, en este están implicados uno o varios profesionales clínicos, maestros-profesores, padres y el propio sujeto que sufre TDAH. Se requieren de distintas intervenciones:

  • Entrenamiento a padres y/o tutores.
  • Intervención psicológica.
  • Intervención educativa o escolar.
  • Intervención farmacológica.

Recuerde que el niño con TDAH no es un niño problemático sino un niño con problemas.

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